Los cantos de las ballenas y los delfines convertidos en imagen a través de una transformación matemática generan increíbles mandalas y diseños fractales, espejos marinos de la complejidad celeste...es maravilloso y fascinante lo compleja que es la naturaleza y la cantidad de cosas que aun no conocemos, me parece increíble...
Más allá del campo semántico de estos cantos, haciendo un puente de sinestesia matemática entre el sonido y la imagen, podemos apreciar que dentro de su lenguaje sonoro está el lenguaje fractal que permea el universo. Si podemos ver la espiral galáctica en la secuencia de Fibonacci, en las huellas digitales, en los sistemas meteorológicos o en un caracol, también es posible ver en el canto de las ballenas y los delfines parte de este código formal que unifica a todas las cosas del universo bajo una correspondencia geométrica. No sería exagerado decir que dentro de las frecuencias que emiten los cetáceos hay mandalas, montañas, galaxias y elementos aún imperceptibles que reflejan la armonía subyacente en la materia, el código ubicuo, nadando en el sonido.
Otra canción de ballena de minke con una transformación de óndula distinta, altamente mandálica, con la seducción atlántida del cyan.
Deberíamos contemplar las maravillas que nos rodean, pensar que es un gran privilegio lo que tenemos y si no lo respetamos no podremos disfrutar de estas maravillas...
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